Se trata de una actividad de las ludotecas municipales que busca fomentar el acercamiento entre policía local, niños y niñas para evitar la imagen sancionadora del cuerpo
Hasta 66 niños y niñas pertenecientes al programa estival de la Ludoteca ‘Divina Pastora’ y la Ludoteca ‘Nuevo Manzanares’ han salido del aula acompañados de sus correspondientes monitores y monitoras para realizar una divertida excursión en la que han acabado incluso esposados. El alumnado ha participado en esta actividad que busca el acercamiento entre el cuerpo de policía y los niños y niñas de la localidad para que les pierdan el miedo, les vean como agentes que les ayudan y olviden la idea de que “sólo” son un ente sancionador. Los concejales de Policía y Ludoteca, Juan López de Pablo y Beatriz Labián, respectivamente, acompañaron a los jóvenes en esta visita.
Con esta salida se rompe la rutina diaria en verano, “rompemos moldes”, según Beatriz Labián, para seguir aprendiendo a modo de juego y de forma diferente, “hoy nos toca la comisaría de Policía, pero ahora haremos también en el Parque de Educación Vial prácticas con karts”.De este modo, los niños y niñas aprovechan el verano para profundizar también en el conocimiento de los recursos municipales “es importante que en vacaciones también utilicen su tiempo libre de manera provechosa, y qué mejor manera que conocer los servicios de la localidad”.
Por su parte, el concejal de Policía, Juan López de Pablo, subrayaba que esta actividad es muy recomendable para “quitar el halo que tiene la policía como un cuerpo sancionador, que les regaña si hacen algo mal. Van a ver que tienen otras funciones, y lo más importante, educan a los chicos y chicas para que luego sean mejores ciudadanos, y se comporten igual cuando están por la ciudad como peatones o conductores de sus bicicletas”. En este sentido, son destacables las Jornadas de Educación Vial que promueve el Ayuntamiento de Manzanares, en las que cada año el Equipo de Gobierno de Julián Nieva pone en contacto a la policía con los menores en las aulas, e incluso los convierten en “Policía por un día”.
Todo esto ayuda que los más pequeños aprendan que “la policía está para ayudarnos cuando tenemos un problema”, destaca López de Pablo, algo que los propios agentes reconocen que aprenden rápidamente, “incluso a la hora de regular el tráfico en los colegios o cuando hablamos con sus padres por la calle nos reconocen, y es agradable”, destaca Javier Nieto-Márquez, el jefe de policía accidental.
Desde los más pequeños, de tres años, hasta los mayores, con 9 años de edad, todos y todas disfrutaron de las instalaciones de la comisaría: el gimnasio, la zona de denuncias, los controles de alcoholemia, las motos y los coches de policía. Después, un autobús les desplazó hasta la pista de karts para aprender, sobre el circuito, más sobre señalización y seguridad vial. Algunos aseguraban que de mayores serían policías; otros, sin embargo, preferían ser los esposados, aunque sólo fuera durante unos minutos.