Baja la carga impositiva y seguirán exentos quienes vendan con pérdidas
El pleno del Ayuntamiento de Manzanares, que volvió a abrirse al público, adaptó el impuesto de plusvalías a la nueva legislación. La carga impositiva por este concepto bajará en Manzanares, donde quienes no obtengan ganancias al vender una vivienda de su propiedad seguirán sin la obligación de pagarlo.
Esta modificación de la ordenanza fiscal reguladora del impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana se hace para adaptarla y adecuarla al Real Decreto-Ley que se aprobó tras la sentencia del Tribunal Constitucional que afectaba a este impuesto. Por ello, fue aprobada por los Grupos del PSOE y del PP. La concejala de UCIN, Pilar Maeso, votó en contra al entender que este impuesto es de aplicación voluntaria para los ayuntamientos y se podría haber aprovechado para reducir la carga fiscal.
Para el equipo de gobierno, no se puede caer en el discurso populista de pedir que bajen los impuestos y por otro lado pedir ayudas para todo el mundo. Según la portavoz socialista, Laura Carrillo, con esta modificación, en Manzanares se recaudará menos por las plusvalías y, como ocurre desde 2015, seguirán sin pagarlas quienes acrediten pérdida patrimonial en los casos de venta, herencia o donación de inmuebles cuyo valor se hubiera reducido desde su adquisición hasta su transmisión. “Con este cambio, este impuesto se hace más justo y progresivo”, explicó.
En Manzanares se aplicarán coeficientes correctores y en caso de incremento del valor, el contribuyente podrá elegir la fórmula que le resulte más ventajosa, según la plusvalía real por la diferencia entre el precio de compra y el de venta, o según el número de años transcurridos desde la adquisición hasta la venta. “Es una norma más justa y una reducción de impuestos ya que no grava las transmisiones donde no haya plusvalía real”, añadió la portavoz socialista.
Aunque con poca asistencia, a este pleno del mes de abril ya pudo entrar público. No ocurría desde la sesión de febrero de 2020. De momento, y por prudencia, se limita el aforo del salón de plenos al 50% debido a sus dimensiones y es obligatorio el uso de mascarilla, salvo cuando se está en el uso de la palabra.