El edificio original que hoy día conocemos como ‘Casa Josito’ se construyó alrededor de 1865
Antonio Bermúdez ofreció la pasada semana en la biblioteca municipal ‘Lope de Vega’ una conferencia sobre la historia del edificio donde hoy se ubica el centro social ‘Casa Josito’. El investigador manzanareño ofreció muchos e interesantes datos de las distintas etapas de la ‘Casa Mulleras’, apellido de la familia que la construyó alrededor de 1865.
Este singular edificio, situado en la esquina de la calle Empedrada con la plaza de la Constitución, fue salvado de la ruina hace unos años y tiene detrás una curiosa y larga historia. Antonio Bermúdez la ha rastreado y, antes de publicarla en su blog, la compartió con el público interesado en la biblioteca municipal.
Las seis etapas del inmueble, en función de su propiedad, se remontan a finales del siglo XVIII. Antes del actual edificio existía otro que, según las descripciones documentadas y el testimonio gráfico del cuadro del francés Adrien Dauzats, pintado entre 1833 y 1840, tenía soportales de columnas y un corredor de madera. Era más pequeño que el actual, ya que entre esa casa y la Casa Consistorial había otra casa.
Esa casa de la calle Empedrada, 2 fue adquirida en 1799 por Joseph Pérez, a quien le fue embargada y subastada en 1816. Por 24.000 reales, pasó al presbítero Melchor Vázquez, que la traspasó por esa cuantía a Pedro Mulleras Pujals, un comerciante catalán que se instaló en Manzanares al terminar la guerra de la Independencia y que estableció su residencia en esta casa con un modesto negocio de tejidos. Al morir, en 1834, la casa pasó a su primogénito, Pedro Mulleras López, que la vendió a su hermano José en 1856, que continuó allí y amplió el negocio textil.
José Mulleras, que nació en Manzanares en 1824, también fue comerciante y bodeguero. En 1860 compró la casa que existía entre la suya y la Casa Consistorial, actual edificio del salón de plenos del Ayuntamiento. Años más tarde, entre 1865 y 1870, en el solar de ambas propiedades construyó el edificio que hoy día conocemos como ‘Casa Josito’, un nombre que no hace justicia histórica, según Bermúdez, con quien realmente lo levantó y lo mantuvo durante más de un siglo, de ahí que en el título de la conferencia aparezca como ‘Casa Mulleras-Arias’.
El edificio, de estilo ecléctico, era de planta baja recortada por cinco soportales, cinco balcones a la plaza y cuatro a la calle Empedrada, todo en arco de medio punto. La planta superior, una cámara con palomar, tenía encima en la esquina el torreón octogonal. Sus paredes eran de tapial encalado. En el interior tenía patio cubierto con montera. Las galerías interiores se sustentaban en columnas de hierro fundido.
José Mulleras traspasó el negocio en 1874 al no tener hijos varones. La casa pasó en 1897 al abogado, político, terrateniente e industrial bodeguero Pedro Arias Moreno. Tras su muerte, sus herederos la alquilaron al Banco Hispano Americano en 1930, que instaló en ella una sucursal en la planta baja y el resto fue residencia del director hasta 1969.
Por 4,9 millones de pesetas, la casa fue adquirida en 1973 por el hostelero José María Carnicero Alonso, conocido como ‘Josito’, que instaló un mesón restaurante en la parte baja y la residencia familiar en la primera. Por jubilación, cerró el negocio el 30 de noviembre de 1989 y se fue a vivir a Bolaños, donde murió en 2003.
Desde 1991, el inmueble tuvo protección parcial al formar parte del área del Bien de Interés Cultural de la iglesia de la Asunción. Sin embargo, fue adquirido a finales de 1991 por 32 millones de pesetas por dos veicnos de Alcázar de San Juan. Desde entonces, sufrió un progresivo y deliberado deterioro, con la destrucción de tabiques, puertas y ventanas con el fin de arruinarlo. Subastado, en 2004 pasó a la empresa Centro Herencia, dedicada a la promoción y rehabilitación de inmuebles.
La asociación Restaura alertó entonces del lamentable estado del edificio. El Ayuntamiento apremió a la propiedad a intervenir en 2007 y 2008 con requerimientos que no fueron atendidos. En 2012, la Caja de Castilla-La Mancha se convierte en propietaria del inmueble por ejecución hipotecaria contra la empresa Centro Herencia.
En marzo de 2014, el Ayuntamiento compró el inmueble por 181.500 euros. Se limpió la palomina y se desmontó el tejado. Se elaboró un proyecto de reconstrucción de 1,5 millones de euros que no se ejecutó.
El nuevo gobierno municipal elegido en mayo de 2015, comenzó las actuaciones en septiembre de ese año ante el riesgo de colapso. Instaló una estructura metálica para sostener la fachada y en diciembre inició su reforma y reconstrucción. El proyecto final convirtió esta casa en el nuevo centro de Servicios Sociales, manteniendo algunos de sus adornos y elementos característicos originales, como la veleta, parte del zócalo, baranda o sus columnas y vigas de hierro fundido. El edificio fue inaugurado en mayo de 2022.